Hola, Ayi. Esos ojos de Nolan, casi "hablan". Me recordó a mi pastor alemán (negro): me ponía las dos patas en la espalda para tumbarme, y si no podía, me mordía en los tobillos para que jugara con el... tenía casi el mismo rostro.
P.d. Y una vez, escuché a mi chihuahua dando gritos (el lo desafiaba por la puerta... de lejito); y, cuando pensé lo peor: era el pastor, con la pata encima del perrito entre los barrotes de la puerta... y, lo estaba lamiendo como un juguete (jajaja). Cada perro es una historia.
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Hola, Ayi. Esos ojos de Nolan, casi "hablan". Me recordó a mi pastor alemán (negro): me ponía las dos patas en la espalda para tumbarme, y si no podía, me mordía en los tobillos para que jugara con el... tenía casi el mismo rostro.
P.d. Y una vez, escuché a mi chihuahua dando gritos (el lo desafiaba por la puerta... de lejito); y, cuando pensé lo peor: era el pastor, con la pata encima del perrito entre los barrotes de la puerta... y, lo estaba lamiendo como un juguete (jajaja). Cada perro es una historia.
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